Feministas nicaragüenses comparten sus experiencias y perspectivas sobre la dictadura en su país

Feministas nicaragüenses comparten sus experiencias y perspectivas sobre la dictadura en su país

 Kathy Bougher, Colaboradora con Denver Justice and Peace Committee  (DJPC)

Recientemente tuve la oportunidad de hablar con un grupo de feministas nicaragüenses defensoras de derechos humanos, algunas de las cuales viven en su país y otras que han tenido que huir del país y viven en el exilio.

Ellas compartieron sus experiencias y sus analices de la situación actual en Nicaragua por medio de un pronunciamiento y por medio de conversaciones individuales.  Hablaron sobre las realidades bajo la dictadura actual de Daniel Ortega y Rosario Murillo en su país y también sobre como ven una reciente resolución de las Naciones Unidas (ONU) sobre Nicaragua.

Las mujeres pidieron que no se publicaran ni sus nombres ni donde están viviendo ni cualquier otra información que les podría identificar o poner en riesgo.

Un poco de contexto:  ¿Como llegó Nicaragua a esta coyuntura?

Muchas activistas solidarias de los países del norte conocieron otras realidades nicaragüenses durante las décadas pasadas.

Human Rights Watch documenta la historia reciente en un informe.

Desde que asumió en 2007, el gobierno del presidente Daniel Ortega ha desmantelado prácticamente todos los controles institucionales al poder presidencial. El Consejo Supremo Electoral, compuesto por miembros leales a Ortega, destituyó a legisladores de la oposición en 2016 y excluyó a partidos políticos opositores de cara a las elecciones presidenciales de 2021. Una reforma constitucional aprobada en 2014 por su partido, que controla la Asamblea Nacional, derogó los límites al período presidencial. El presidente Ortega fue electo a un cuarto mandato consecutivo en noviembre, en medio de una escalada represiva contra críticos y la oposición política. Muchos gobiernos de la región y de Europa manifestaron que las elecciones no cumplían con las garantías mínimas para ser consideradas libres y justas.

Para allanar el camino para la reelección de Ortega, las autoridades detuvieron y procesaron arbitrariamente a críticos del gobierno y opositores, incluidos candidatos presidenciales, periodistas, abogados, representantes campesinos, empresarios y líderes estudiantiles.

Siguen impunes los abusos policiales cometidos durante la feroz represión de 2018 por agentes de la Policía Nacional y grupos armados partidarios del gobierno.

Otros problemas que persisten en Nicaragua son las severas restricciones a la libertad de expresión y de asociación, la discriminación política y leyes restrictivas sobre aborto.

Entre el 28 de julio y el 26 de agosto de 2021, las autoridades ordenaron el cierre de 45 ONG, incluidas agrupaciones de mujeres, organizaciones de asistencia internacional y varias asociaciones médicas. El gobierno ya había cerrado otras diez organizaciones desde 2018. En 2019, el comandante en jefe del Ejército, Julio César Avilés Castillo, acusó a varias ONG de haber intentado un “golpe de Estado”.

El informe también caracteriza la reacción al Covid-19 como una de  “negacionismo, inacción y falta de transparencia.”

En este contexto de más de cuatro años de dictadura, el grupo de feministas emitió el siguiente pronunciamiento, levemente redactada para claridad y para proteger las identidades de las mujeres.

 Pronunciamiento

En Nicaragua la situación de los derechos humanos se ha agravado desde abril 2018. Estamos viviendo bajo una dictadura y una represión que dificultan cualquier tipo de manifestación física en un espacio público.  [Por ejemplo, en marco del cuarto aniversario de los eventos de 2018, fue imposible realizar cualquier tipo de agrupación publica para reconocer esa fecha.] Tampoco se puede denunciar por redes sociales porque crearon una ley de ciberdelito para criminalizar ese derecho. Nadie puede organizarse ni manifestarse en contra del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Actualmente tenemos más de 170 presos políticos, de los cuales 14 son mujeres que defienden derechos humanos, participan en espacios políticos,  defienden los derechos de las mujeres, y exigen justicia por los femicidios en el país.

En nuestro país la mayoría de los femicidas están prófugos de la justicia. En el 2021 tuvimos 71 femicidios y las autoridades no trabajan en prevenir estas violencias ni en repararlas.  Algunas mujeres asesinadas ya habían puesto denuncias sobre maltrato y amenazas de sus agresores, pero la policía no hizo nada.

Solo desde el 2021 al 15 de marzo de 2022 la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras ha registrado más de 3,076 agresiones a defensoras, en su mayoría son mujeres que defienden el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación y el derecho a una vida libre de violencia. Estas agresiones pueden ser personales, colectivas o institucionales, así como físicas, psicológicas, digitales, amenazas, intento de robo de identidad, etc. La mayoría de los perpetradores de agresiones a las defensoras son autoridades estatales, policías, paramilitares, también familiares o personas cercanas, y personas simpatizantes del partido de gobierno. Es importante señalar que ahora hay solo un partido, pues las y los candidatos de otras propuestas políticas fueron encarcelados por la dictadura.

El dictador quiere un pensamiento único, quiere un partido único, y no quiere que nadie piense diferente. Entonces, está bien duro ser una persona opositora y está bien duro ser una defensora o una feminista o luchar por los derechos de las mujeres en nuestro país.

La bandera de Nicaragua la usamos al revés a modo de rebeldía desde 2018. Si ven una foto o video y observan el escudo al reveso, significa que estamos en contra de la dictadura y es un símbolo de rebeldía y resistencia.

Y no solo estamos luchando por las presas políticas.  Durante esta crisis la asamblea nacional ha retirado la personería jurídica de más de 120 organizaciones que trabajaban por los derechos humanos en Nicaragua, de las cuales 17 son organizaciones feministas que trabajaban en pro de los derechos de las mujeres y en prevención de violencia de género, dejándolas inhabilitadas y además robándose las instalaciones y los equipos de trabajo.

Más que política, la situación de Nicaragua es humana.  Sí hay represión, pero el contexto humanitario va más allá. Estamos en una alerta roja porque las 170 personas presas políticas están en condiciones inhumanas, y expuestas a enfermedades, incluyendo COVID. No los dejan dormir. Mantienen las luces del sistema penitenciario encendidas todo el tiempo. No les permiten ver a sus hijos, no tienen cobijas para el frío, y no tienen buena alimentación.  Hay interrogatorios intensivos. Algunas estuvieron incomunicadas y a la vez desaparecidas por 90 días hasta que permitieron la primera visita de un familiar.

La situación de pobreza y de hambre en Nicaragua es grave. Sabemos que los contextos [en muchos otros países] son similares, pero en Nicaragua la situación es preocupante y dolorosa para las que estamos adentro porque no podemos hablar porque nos tienen con la ley mordaza.

El único espacio que tenemos es cuando podemos salir [de Nicaragua] y nos podemos desahogar, así que quisiéramos que en las reuniones [regionales e internacionales] pongan en el centro a Nicaragua, porque es un asunto de humanidad y es político.

Y lo de la bandera también es un símbolo de luto, porque en Nicaragua desde 2018 seguimos de luto y seguimos resistiendo como podemos, con mucho dolor.

Algunas presas están en una situación en particular: Tamara Dávila, Dora María Téllez y Suyen Baharona se encuentran internadas en celdas totalmente aisladas. Algunas han pasado meses sin tener contacto con ningún otro ser humano más que con sus carcelarios.

Tienen prohibido hablarse entre ellas, y en el caso de Tamara y Suyen no les dejan tener algún tipo de contacto con sus hijos menores de 5 años.

Es una situación realmente dramática donde más de cien mil nicaragüenses hemos salido del país a Costa Rica de manera obligatoria, y el número aumenta a otros países de Centroamérica, la región y Europa; no nos olviden por favor. Agradecemos a los países de Centroamérica, América Latina y todo el mundo que nos han acogido, que nos han abierto las puertas porque hemos tenido que salir obligadas de nuestra Nicaragua, algo que nunca pensamos o imaginamos que haríamos, tener que huir de nuestro propio país mientras el gobierno le da nacionalidad a delincuentes internacionales.

Las y los nicaragüenses, principalmente las defensoras de DDHH, las feministas y cualquier persona que desee defender el derecho a la libertad es perseguido por el gobierno de Nicaragua.

Gracias a un montón de países que nos han acogido.

¡Viva Nicaragua libre!

¡¡Libertad para las presas políticas!!

  • Ana Margarita Vijil
  • Cinthia Samantha Padilla
  • Cristiana Chamorro
  • Evelyn Pinto
  • Julia Hernández
  • Karla Escobar
  • María Esperanza Sánchez
  • María Fernanda Flores
  • María Oviedo
  • Nidia Barbosa
  • Suyen Barahona
  • Tamara Dávila
  • Dora María Téllez
  • Violeta Granera

https://www.sehumanonicaragua.com/tags/mujer

Además de compartir su pronunciamiento, varias compañeras lo complementaron con sus perspectivas y analices sobre la situación.

Secuestros y cierres…

“Planteando la situación política de Nicaragua desde adentro, es que el secuestro de las feministas y de las mismas organizaciones de mujeres es una situación que nos ha llevado hasta hoy a tener mujeres asesinadas, niñas desaparecidas, secuestros, torturas, las agresiones sexuales cada día se están dando en nuestro país.

Tiene que ver con que no tenemos un estado laico y no tenemos la independencia de los poderes del estado. No hay libertad de comunicación, no hay libertad de prensa, y no hay libertad de poder de expresarnos en la calle.

No hay independencia de los poderes del estado, y la población misma lo sabe muy bien.

La familia esta desgranándose por motivo de toda la represión que vivimos en Nicaragua.”

Agrega otra compañera que “secuestro” en el contexto nicaragüense es un término político.  Personas que oponen al gobierno se están siendo detenidos por policías y paramilitares sin justificación.  Están encarceladas sin orden de captura y sin justificación.   Así les llaman “secuestros.”

Y otra explica, “Se da entonces una situación en que estamos secuestradas en Nicaragua.”

Muchas mujeres no están en sus propias casas, están en casas de seguridad, como le llamamos, o están donde sus familiares por medios de seguridad.

Aclaró que una casa de seguridad es un lugar donde una persona ha llegado a vivir donde nadie la conoce.  Muchas veces lo que tiene la persona es medidas de protección que incluyen no salir de la casa.

Si no sigan las medidas, las pueden meter presa y ellas viven la persecución que hace la dictadura contra cualquier persona que se opone a un gobierno.

La dictadura ha quitado propiedades privadas de personas porque aportaron a la lucha cívica, que inició en abril de 2018, y han expropiado a muchas personas, inclusivo personas en el exilio que han ido huyendo.

También, hay numerosos cierres arbitrarios de organizaciones de mujeres y robos de propiedad de organizaciones sociales, incluyendo, quitándoles la oficina de varias organizaciones.  Esto no es expropiación, donde bienes privados pasan a ser bienes públicos.  Hay procesos legales para eso.  Pero, apropiarse de manera ilegal es simplemente robo de bienes de las organizaciones.  En muchas de estas organizaciones, también se han congeladas las cuentas bancarias de las organizaciones.  Hasta la fecha no se sabe que ha pasado con los fondos.

La migración es otro tema duro.

“Experimentan todos los riesgos del viaje de migración.   La familia esta desgranándose por motivo de toda la represión que vivimos en Nicaragua.

En el contexto nuestro la gente sigue migrando. Las mujeres siguen migrando con sus hijos e hijas porque no hay alternativas de trabajo.   La gente se siente perseguida por su mismo partido porque a nivel interno es tan claro que está pasando.”

Uno de los temas más fuertes y dolorosos es de las presas políticas y los presos políticos.

Una compañera calcula que “desde abril de 2018 hemos tenido [un total de] más de 767 presos en Nicaragua de las cuales hasta el día de hoy hemos tenido 64 mujeres.  El año antepasado se dio libertad a un buen grupo de presas y presos.”

“Pero si sumamos desde 2018 hasta marzo de 2022 hemos tenido 767 presos. Esto nos dice la dimensión de la problemática social y la iniciación de una dictadura nefasta, de una dictadura increíble que nunca pensamos llegar.”

“En Nicaragua no se puede vivir.  Ni nadie puede sacar la cabeza porque tienes paramilitares viéndose o la misma policía que están controlando.”

“Cosas que son consideradas violaciones de las leyes y justificaciones para la detención incluyen colgar una bandera en la casa, tocar música en la casa, o tener una agrupación de varias personas en la casa.”

Una mujer contó que cuando se murió un familiar, muchos amigos y vecinos llegaron para expresar sus condolencias, pero luego llegaron policías y militares.”

Ni la izquierda….

“A la misma vez nos estamos dando cuenta que en Nicaragua ni la izquierda ni la derecha es una opción en nuestros países porque la izquierda, supuestamente el que es más del apoyo social, hoy se ha convertido en una izquierda capitalista, no una izquierda que realmente vea por estos principios sociales.”

 ¿Qué puede pasar en el futuro?

“Como feministas tenemos unas esperanzas, seguimos batallando, tenemos resistencia. Esta resistencia nos ha hecho ya a cuatro años a seguir viviendo, a seguir buscando alternativas de incidir para que sigan sancionando al gobierno de Nicaragua.  Y, también, que hay libertad para nuestras presas políticas y presos políticos que están en las mazmorras donde la dictadura violenta sus derechos.

También, hay varios presos políticos de la tercera edad y muchos que están enfermos con enfermedades, algunas ya terminales y no hay condiciones donde están.

Y como los casos de Tamara y Suyen, que son madres de niños y niñas de 4 y 5 años, y no las dejan ver.

Consideramos que esta dictadura es insensible y se violenta de los derechos de los presos políticos.”

Hablando de la resolución de las Naciones Unidas (ONU) de 31 de marzo.

Una compañera en exilio compartió su interpretación de la resolución:

Esta votación de la ONU aprobó la creación de un informe de derechos humanos.  Estableció un grupo de tres expertos internacionales por un año, como un mandato de ONU para que investiguen todo que tiene que ver con derechos humanos, todos los feminicidios, además de los asesinatos atroces que hicieron el ejército, la policía, y los mismos paramilitares.  Van a hacer una investigación exhaustiva e independiente sobre todos los abusos desde abril de 2018.

La investigación incluye posibles dimensiones de género que tienen que ver con violaciones y abusos y sus causas estructurales de fondo.  Cuando hablamos de dimensiones de abuso tenemos que hablar de todas las violaciones de jóvenes, de muchachas universitarias que fueron abusadas sexualmente por paramilitares, que fueron asesinadas por paramilitares, o que fueron abusados por la policía y por el ejército.

También, todo esto la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tiene que ver. Nosotras hemos tratado de ir documentando estas violaciones. Hay bastante material para su proceso investigativo. Entonces, nos deja claro que Nicaragua está siendo escuchada en el ámbito internacional desde el punto de vista de derechos humanos.

Otra parte es establecer los hechos y circunstancias en el abuso con  el recoger, consolidar, analizar , y preservar la información de las pruebas. Toda esta información ya tiene la CIDH y la ONU.

Es una manera de poder identificar a los responsables que llevaron las masacres de los jóvenes en 2018 y 2019 y donde también hay lugares donde hay tumbas de jóvenes que los mataron y los fueron a enterrar.

Algunas estamos en el exilio.  Nos aislamos. Andamos de país a país para poder seguir trabajando porque la tarea no está terminada.

Esta tarea la estamos siguiendo independientemente de los costos que tengamos que pagar, pero queremos ver a Nicaragua libre, democrática y ante todo queremos la libertad para nuestros presos políticos. Es lo que más hemos demando.

La dictadura se ha ensañado y no ha tenido ni la mínima sensibilidad alrededor de lo que viven los presos políticos a pesar de que las diferentes instancias internacionales han llamado al gobierno de Nicaragua para que revise su actitud y revise también el tema de derechos humanos de lo que han venido sometiendo el pueblo de Nicaragua.

Las feministas nicaragüenses ofrecen sugerencias a las personas norteamericanas solidarias.

La primera es que busquen las noticias desde los tiempos de la revolución para ver cómo ha cambiado la situación.  Ellas explican que es importante comparar los personajes en sus dimensiones personales.  Es importante entender las acusaciones de violencia sexual contra Daniela Ortega de parte de su hijastra Zoilamérica.  También dicen que hay varios lideres que cometieron crímenes de abuso sexual y enriquecimiento, entre otros.  Las feministas expresan que Ortega no cae porque tiene su cúpula que lo mantiene.

Para tener una perspectiva completa sobre la realidad actual, hay que leer los medios de comunicación no oficialistas de medios independientes que provienen de la sociedad civil.   Además, otra recomendación es buscar las recomendaciones del EPU, el Examen Periódico Universal de las Naciones Unidas que es una revisión periódica de la situación de los derechos humanos en el país.

Concluyen las mujeres…

Lo importante de esta resolución de la ONU es que se logró tocar la dictadura.  A la dictadura ha quitado la máscara que tenia de asesinar, de inventar cargos, de enriquecerse, de tener una familia en el poder, un poder de facto.  El pueblo es un pueblo pensante y ellos se dieron cuenta.  Todo esto arrebato todo que ellos iban montando.

Se iba viendo todo esto dirigido desde la casa presidencial donde están los dos, el esposo y la esposa. Había una represión maquillada, pero para nosotras se ha quitado la máscara.

Tengo la fe en nuestra diáspora que está a nivel de todos los países, y fe en la incidencia, las marchas, el mucho trabajo que se está haciendo.

Las activistas feministas estamos haciendo un trabajo de hormiga.  El pueblo ha tomado conciencia de que es una dictadura que tenemos montado en el poder.

Tenemos esperanza. Las feministas vamos a seguir luchando, vamos a seguir batallando y sensibilizando a la comunidad internacional.

Hay una esperanza y dignidad, esperanza de resistencia, que va a ver un cambio democrático en Nicaragua no muy lejano.

Demuestra tu solidaridad y firma la Carta Abierta Daniel Ortega

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